Todos como seres humanos pasamos momentos difíciles donde pensamos que todo se va a derrumbar. El río da con ímpetu contra tu casa, contra tu familia, contra tu matrimonio, contra tu ministerio; esto causa que de repente sientas que nada es seguro, que todo lo que conocías puede cambiar en cualquier segundo y es ahí cuando llega la ansiedad.
Cuando sientas que careces de algo y no te sientes capaz, cuando no te sientes preparado, cuando te faltan las fuerzas para hacer algo para el Señor, cuando te falta el animo y estas decepcionado, su gracia es suficiente, El es quien te capacita, te prepara y te fortalece.
Si supieras que hay alguien que puede resolver tu situación, sanar tu dolor, y hacerte libre?; no harías todo lo posible por encontrarte con esa persona?
Podemos tener paz cuando sabemos que hemos presentado nuestras decisiones, planes y sueños al Señor, porque sabemos que cualquiera que sea su respuesta, será para nuestro bien.
Lo que se va a escuchar es que aquello que estaba seco en ti, ahora esta funcionando, que Dios abrió camino donde no lo había, que Dios hizo lo imposible, que Dios restauró aquello que estaba desecho, y dió vida a lo que estaba muerto.