Evitando el mal que está en mi.
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"Con amor inagotable y fidelidad se perdona el pecado. Con el temor del Señor el mal se evita.” Proverbios 16:6 NTV
En este capitulo es introducido el tema dominante del libro de Proverbios que es el temor de Jehova y lo que es la reverencia a Dios. El temor a Jehová es el sentimiento reverente de admiración, maravilla y obediencia que es la base para la sabiduría y conocimiento espiritual. El ser humano puede tener conocimientos y teorías acerca de la verdad pero no tiene el conocimiento esencial acerca de la verdad hasta que tiene un encuentro con Jesucristo nuestro redentor. “El temor de Jehová es un estado de la mente en el que las propias actitudes, la voluntad, los sentimientos, las acciones, y los objetivos se cambian por los de Dios.”(Sal. 42.1)
Con el “amor inagotable y fidelidad,” Dios cubre o expia el pecado.(Lev. 17:11)
Esto hace referencia al sacrificio de Jesus en la cruz del calvario. Es a través de ese sacrificio que recibimos el perdón de nuestros pecados. Sin embargo, nuestra naturaleza se niega a creer o recibir este inmerecido regalo, que es el perdón.
Así que, queriendo yo hacer el bien, hallo esta ley: que el mal está en mí. Porque según el hombre interior, me deleito en la ley de Dios; pero veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros.
Romanos 7:21-23
El ser humano tiende a hacer el mal por naturaleza, es algo que está en nosotros y con lo que nacemos. Esto se debe a nuestra naturaleza caída lo cual es causa del primer pecado, el pecado de Adan. A los niños desde pequeños se les enseñan valores y lo que se debe hacer, porque ya nacen queriendo hacer el mal. Estás tendencias e inclinación hacia el pecado nos alejan de Dios y hacen que nos resistamos a Su voz. Entonces vivimos creyendo que vamos bien cuando la realidad es que cuando rechazamos a Dios nos dirigimos hacia la muerte eterna sin Él.
“Hay camino que al hombre le parece derecho;
Proverbios 14:12
Pero su fin es camino de muerte.”
CADA DECISION QUE TOMAMOS TIENE UNA CONSECUENCIA.
Cada decisión trae una consecuencia negativa o positiva, nos trae bien o nos trae mal. Cuando nos llevamos de las emociones que sentimos en el momento, asumiendo que es lo que nuestro corazón quiere, esto la mayoría de veces nos trae consecuencias negativas y desastrosas. Nuestro corazón es engañoso, por eso aveces tomamos decisiones convencidos que es lo que queremos o necesitamos y luego que miramos atrás decimos; “ en qué estaba pensando.?”
“Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?”
Jeremias 17:9
“Con el temor del Señor el mal se evita.”
Dios en su infinita misericordia trazó un plan maravilloso, e inspiró a muchos a escribir las obras de Dios en un libro, el cual hoy conocemos como la biblia.
“Toda Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente instruido para toda buena obra.”
1 Timoteo 3:16-17
A través de esta palabra es cómo conocemos a Dios y su voluntad para nosotros; esto hace que en nosotros florezca el deseo de obedecer a Dios y aceptar Su voluntad por encima de la nuestra. Esa palabra poderosa y eficaz es la que nos ayuda a evitar el mal. Nos guía hacia qué camino tomar y que caminos evitar. Esta palabra nos confronta cuándo vamos por mal camino y nos confirma cuando estamos haciendo lo correcto. El Espíritu Santo nos ayuda a comprender lo que leemos y nos recuerda esta misma palabra en el momento exacto en que nos hace falta.
“Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.”
Hebrew 4:12
Hoy te animo a que saques de tu tiempo para escudriñar las escrituras. Dios cautelosamente puso cada palabra en orden para que tú hoy pudieras conocerle y para guiarte hacia una vida de victoria en Él.
ORACION FINAL:
Padre celestial, gracias por hablarme en este día. No hay nadie como tú, tu amor no tiene fin, tu misericordia es infinita, y tú bondad me alcanza todos los días. Por mas que corro y me escondo detrás de distracciones o quehaceres , encuentras la manera de hablarme y recordarme donde debe estar mi enfoque. Gracias por cariñosamente levantar mi cabeza para que te vea a Ti, gracias porque sé que me entiendes mucho más de lo que yo jamás pueda llegar a entenderme. Gracias porque en tu palabra encuentro paz, sabiduría y dirección. Hoy decido establecer un plan de lectura bíblica, y comprometerme a seguirlo, porque todo en esta vida pasará, pero tu palabra no pasará. Gracias Señor, en el nombre de Jesús, amén.