Bienvenidos al Devocional de HOY
Juan al parecer escribió su evangelio para dar un aporte peculiar al registro de la vida del Señor; este libro es complementado y suplementado por Mateo, Marcos, y Lucas. Juan escribió para convencer a sus lectores de la identidad verdadera de Jesus como el Dios encarnado que es Jesucristo el Mesías. Aunque este libro parece simple y claro, las verdades reveladas en este, son profundas.
En este primer capitulo del evangelio de Juan, él empieza describiendo a Jesus como el “verbo”. El verbo, siendo la segunda persona de la Trinidad, estaba en comunión intima con el Padre toda la eternidad,. El verbo, aunque disfrutó las grandezas del cielo y la eternidad con Dios el padre, decidió renunciar a su posición suprema en el cielo para hacerse carne y ser sometido a muerte en una cruz romana. La vida y la luz que menciona Juan en los siguientes versículos son atributos del verbo que se nos extiende a nosotros como hijos de Dios.
Ahora bien, este libro se le atribuye a Juan el discípulo amado. Al introducir a Juan el Bautista se abstiene de usar cualquier titulo y solo dice: “había un hombre llamado Juan..” Porque cuando hablamos de Jesus, nuestro nombre o titulo no importa. Lo que importa es que Jesus sea glorificado en nosotros.
Luego Juan describe a Jesus como "la luz verdadera" Y dice que las tinieblas no prevalecieron contra ellas. En Jesus podemos estar seguros, su palabra alumbra nuestro sendero, Él es quien guía nuestros pasos. Aunque antes anduvimos en tinieblas, pero Dios, en su infinita misericordia nos llamó de la tinieblas a su luz admirable.
Los focos o linternas que se usan para alumbrar funcionan con baterías, y para que puedan funcionar debemos encenderlas. De igual manera, la palabra de Dios no puede alumbrar tu camino si no la abres para escudriñarla. Si te sientes desubicado y perdido, te animo a que pases tiempo escudriñando la palabra de Dios, verás como recibirás claridad para todas tus decisiones.
Me llama mucho la atención la actitud de Juan el Bautista, porque en varias ocaciones el enfatiza que la atención no debe recibirla él, sino aquel de quien él hablaba.
En este mismo capitulo mas adelante Juan dice que Juan el Bautista fue llamado para dar testimonio de la luz, y recalca: :no era él la luz, sino para que diese testimonio de la luz.” Osea que él solo vino a anunciar al mesías, y que él ningún reconocimiento debía recibir. Y Juan el Bautista no contradice esto sino que el sabia cuál era su posición, y quien era el único merecedor de toda gloria.
Al hablar de Jesus dice:
"Este es el que viene después de mí, el que es antes de mí, del cual yo no soy digno de desatar la correa del calzado."
Al igual que Juan el Bautista, nosotros debemos tener esa misma actitud de humildad, siempre recordar que no se trata de nosotros sino de Jesus.
“Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él.”
-Colosenses 3:17 RVR1960
Como seres humanos siempre tenemos esa lucha con nuestra carne de querer sobresalir y ser los mejores en lo que hacemos, a la carne le encanta recibir halagos y comentarios que exalten a nuestro ego. Pero, siempre debemos recordar que todo lo que hagamos, y digamos debe glorificar a Dios. Jesus mismo glorificaba al padre en todo lo que hacia, y nosotros glorificamos al Padre por medio de Jesus.
“Es necesario que él crezca, pero que yo mengüe.” Juan 3:30 RVR1960
Si eso que estas haciendo “para Dios” esta trayendo la atención a ti y no a Dios, no lo estas haciendo para Dios.
Hoy te animo reflexionar en tu trayecto cómo cristiano/a. Piensa en la area en la que Dios te ha puesto para servir y analiza bien si estas dirigiendo a las personas hacia Jesus, o solo te están viendo a ti?
ORACION FINAL:
Padre Santo, gracias por hablar a mi vida en este día. Hoy pedirte que me escudriñes y quites de mi todo lo que no te agrade. Quiero menguar cada día para que tú crezcas. Señor, quiero ser instrumento en tus manos pero que las personas que vean a ti a través de mí, que no me vean a mí, pues soy imperfecta. Pero tú eres el que hace la obra en los corazones, tu espíritu santo es el que escudriña, y convence al corazón de pecado, justicia y juicio. Tú eres el único que puede cambiar, sanar y restaurar; si solo me ven a mi no va a ver ningún cambio en su interior. Señor, te pido que te vean a ti a través de mi, para que puedan ser salvos y renovados. En el nombre de Jesus, amen.
Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón. Esta es la palabra de fe que predicamos:
que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.
Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.
Pues la Escritura dice: Todo aquel que en él creyere, no será avergonzado.
romanos 10:8-11 RVR1960
