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“y les dijo: Cualquiera que reciba a este niño en mi nombre, a mí me recibe; y cualquiera que me recibe a mí, recibe al que me envió; porque el que es más pequeño entre todos vosotros, ese es el más grande.” S. Lucas 9:48 RVR1960
CONTEXTO:
Jesús percibió los pensamientos más profundo de los discípulos en en el momento que ellos entraron en discusión acerca de quién sería el mayor. Este era un tema recurrente entre los discípulos. Era obvio que ellos todos querían ser el mayor porque esa era la razón de la discusión; pero me pregunto: qué otro sentimiento había dentro de ellos que Jesús percibió? La respuesta de Jesús fue algo que confrontó el sentimiento de orgullo en ellos. Dada esta respuesta , la raíz de esta discusión parece ser el creerse mejor que el otro. Así como los discípulos, nosotros también batallamos con estos sentimientos de orgullo, egoísmo y superioridad.
Por eso la biblia enfatiza muchas veces , “ama a tu prójimo como a ti mismo”, “ninguno tenga un más alto concepto de sí mismo que el que deba tener”, y Jesus en esta ocasión dice : “el más pequeño entre vosotros, ese es el más grande.”
Una lucha interna
Como seres humanos, tenemos la lucha constante con nuestra carne de sentirnos que somos mejor que los demás. Por más que tratemos de no hacerlo, nos comparamos con los demás y queremos ser mejor en todo. Es una necesidad insaciable que existe dentro de nosotros de satisfacer nuestro ego.
“Primero viene el orgullo y luego el fracaso; primero la humildad y luego los honores.”
Proverbios 18:12 NBV
La palabra confronta este deseo de la carne una y otra vez, y aún los discípulos no fueron exentos de sentirse de esta manera aún caminando como Jesús.
“Dejen de actuar con tanto orgullo y arrogancia; el Señor sabe lo que ustedes han hecho, y él juzgará sus acciones.
1 Samuel 2:3 NBV
El alcanzar mérito en el reino de Dios, requiere sacrificio y abnegación.
Mientras más alto es el nivel espiritual, más grande es el gigante.
Aveces pensamos que aquellos que suben al púlpito y Dios los usa grandemente son perfectos y ya no batallan con las cosas que el resto de nosotros batallamos. Que gran error!!
“Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga.”
1 Corintios 10:12 RVR1960
Los discípulos andaban todo el tiempo con Jesús de manera que ya se están sintiendo grandes, la gente los estaba reconociendo, su ego crecía. Y de igual manera cuando nos acercamos a Dios y buscamos su rostro , muy dentro de nosotros tenemos que batallar y reprender al sentimiento de que somos más santos porque ayunamos 3 días seguido. O este terminó el ayuno a las 12pm pero yo llegué hasta las 6pm. De todo hacemos una competencia innecesaria cuando el verdadero enemigo está dentro de nosotros mismos.
Tenemos que vencer el yó cada día. Menguar para que Cristo sea el que crezca en nosotros. Jesús siendo el más grande, lavó los pies de sus discípulos , y dijo que no vino para ser servido sino para servir. Y si eso fue Jesús, el
Maestro, el verbo hecho carne, aquel por medio del cual fueron hechas todas las cosas, que será de nosotros?
“Vosotros mismos me sois testigos de que dije: Yo no soy el Cristo, sino que soy enviado delante de él. Es necesario que él crezca, pero que yo mengüe.”
S. Juan 3:28, 30 RVR1960
Asi debemos cada día recordar que en un mundo donde lo que tenemos y como nos vemos es más importante que lo que portamos , nosotros debemos ser la diferencia. Hoy en día todo lo que se hace es para que el otro vea, y solo para alardear. Nosotros debemos de alardear de Jesús. Debemos mostrar a Jesús. El tiene que crecer cada día en nosotros; el ha hecho demasiadas maravillas extraordinarias e inmerecidas en nuestras vidas para nosotros siendo cristianos, querer alardear de cosas pasajeras e insignificantes.
Si hay algo que ha estado ocupando tus conversaciones y estados en tus redes sociales, pero no hablan de Dios, y no glorifican a Dios, tienen que irse.
Deshazte de todo aquello que solo infla tu ego y no da lugar a Dios.
ORACION FINAL:
Padre celestial, gracias por hablar a mi vida en este dia. Hoy te pido Señor que quites de mi todo lo que no venga de ti. Ayúdame a reflejarte a ti en todo lo que haga, quiero menguar para que tú crezcas en mi. Ayúdame a ser más como tú, en el nombre de Jesús, amén.
