Levantate Y Ponte en medio
Feliz dia!
Bienvenido a la reflexion de Hoy.
Busca tu biblia y empecemos!
La lectura se encuentra en Lucas 6:6-11.
En esta pequeña porción bíblica vemos cómo Jesus entra a una sinagoga (lugar de culto de los judíos) y como los escribas y fariseos estaban bien atentos, esperando a ver que Jesus iba a hacer; dado el caso de que había un hombre con una mano seca y era día de reposo. Para los judíos, el día de reposo era señal o identificación de que eran el pueblo de Dios. ((Exodos 31:12-17).
Es interesante ver cómo el ambiente se transformó cuando Jesus entró a la sinagoga. Este hombre simplemente fue a su lugar de adoración y ahora se encontraba en un momento crucial que marcaría un antes y un después en su vida.
La biblia no relata por cuanto tiempo este hombre estaba así, seguro que ya estaba acostumbrado a sobrevivir de esa manera.
Sabias que muchas veces así como este hombre, nosotros nos acostumbramos a un estado de decadencia?
“Ya estoy acostumbrada a funcionar así,” “ya he aprendido a hacerlo todo de esta manera..” “no queda de otra”
Muchas veces cargamos con nosotros algo que nos impide funcionar al 100% en lo espiritual, en nuestro matrimonio, y aún con nuestros hijos.
Nos acostumbramos a las burlas, a las críticas, y al rechazo. Cargamos un dolor interno tan grande que las ofensas y oprobios externos no se le pueden comparar. Estos sentimientos de culpa, resentimiento, y remordimiento son alimentados por el enemigo para mantenernos en ese estado de vergüenza.
Al enemigo le gusta usar nuestra situación para lograr que nosotros, al igual que todos los que nos rodean, acusemos a Dios y nos alejemos de Él. Por eso es necesario que cuando vemos que alguien falla, nos enfoquemos en levantarlo en vez de condenarlo. No podemos vivir como si nunca necesitamos la sangre de Cristo para ser limpiados, como si no dependiéramos de su gracia para poder seguir hacia adelante. Todos en algún momento estuvimos perdidos, pero la misericordia infinita de Dios nos alcanzó, y por eso estamos de pie. Debemos dar por gracia lo que por gracia hemos recibido. (Mateo 10:8) Por esta razón debemos de levantar al caído así como en la parabola que Jesus menciono en Mateo 12:11-12.
Buenas Noticias!
Tenemos a un Dios que le encanta alardear y exhibir su poder y gloria en nosotros y a través de nosotros!
Dios usa esos momentos en los que el enemigo te acusa y te pone en vergüenza, para exhibir Su gloria en ti. Lo vemos en Lucas 6:6-11, como Dios puso a este hombre en medio, para que todos vean el milagro que Él iba a hacer en su vida. Dios te va a poner en un lugar donde todos van a ver Su poder en tu vida, y toda la gloria será de El. No se va a hablar de tu pasado, de cómo llegaste ahí, ni de porqué lo hiciste, lo único que va a ser mencionado de generación en generación es como Dios exhibió Su poder en tu vida.
Lo que se va a escuchar es que aquello que estaba seco en ti, ahora esta funcionando, que Dios abrió camino donde no lo había, que Dios hizo lo imposible, que Dios restauró aquello que estaba desecho, y dió vida a lo que estaba muerto.
Así que, no te des por vencido, no desesperes, no declares tus sueños muertos; todavía hay esperanza. Jesús dijo: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá.
-Juan 11:25
Pero Jesús le dijo: Levántate y ponte en medio.
Este hombre obedeció.! Yo sé que a mi no me gustaría ser el centro de atención, en especial si hay algo en mí que no esta bien. A quién le gustaría ser expuesto delante de todos? Pero a veces, cuando sentimos que tenemos algo que perder al obedecer a Dios, es cuando Dios se glorifica. A veces, obedecer a Dios significa sacar a la luz nuestros sueños muertos, nuestros fracasos, nuestras debilidades; esa area de nuestra vida que esta seca e inactiva. Quizás tienes un talento que haz enterrado y sepultado, y cada vez que intentas usarlo recuerdas aquel dolor como si fuera hoy.
Pero, qué hubiera pasado si este hombre no hubiera obedecido cuando Jesus le dijo: “Levántate y ponte en medio.”? Él hubiera perdido la oportunidad de experimentar el poder extraordinario de Jesus! Aunque sientas que no has superado ese trauma, o que esa herida no ha sanado todavía, obedece; porque el que te esta dando la orden es aquel que tiene el poder para cambiar tu situación completamente. El te esta llamando no para exhibir tu pasado sino a exhibir Su gloria en ti! Así que, levántate y ponte en medio!
Pero eso no es todo!
Jesus después le dijo: “Extiende tu mano.” y así el lo hizo, y su mano fue restaurada. Te imaginas el miedo, la duda, el dolor que paso por su mente cuando escucho la palabra de Jesus? Que extienda mi mano? Acaso no sabe que no puedo? No sabe que tengo así ya mucho tiempo? No es obvio que si hubiera podido extenderla ya lo hubiera hecho? Pero él extendió su mano, porque no lo hacia confiando en que podia, lo hizo confiando en aquel que dio la orden.
Hoy te reto a que obedezcas a Jesus, aunque sientas que es imposible. Te reto a salir de tu mente, y a hacerlo porque Jesus es quien te dice: “Extiende tu mano.” Vamos! Pon tus sueños en movimiento, pon tus talentos en movimiento, se que parece imposible pero no es con tus fuerzas. El que hablo fue él mismo que con su palabra creo los cielos y la tierra, , que sostiene al mundo en su mano, es el mismo que habla y los vientos le obedecen. El que te habla es Jesus de Nazareth, el verbo hecho carne, el Gran Yo Soy.
Hoy te reto a que te despojes de ese estado de opresión, enfermedad, y depresión; y camines con paso firme hacia la libertad a la que Cristo te ha llamado.
Hoy puedes ser esa persona que Dios te ha llamado a ser, si solo le obedeces.
Oración Final:
Padre Celestial, gracias por hablarme hoy. Creo en tu hijo Jesus y creo en el poder de su palabra. Quiero seguirte cueste lo que cueste, porque sé que tus planes para mi vida son para bien. Ayudame a obedecerte aun cuando duele, aun cuando el miedo me paraliza; porque se que no es por mis fuerzas sino por tu Espíritu. Hoy decido confiar en aquel que me llama de las tinieblas a la luz, y de la cautividad a la libertad. En el nombre de Jesus, amen.